PRESENTACIÓN

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viernes, 9 de noviembre de 2018

Al otro lado, de Maurice Sendak

Maurice Sendak
Al otro lado
Kalandraka (2015)

Hoy es el turno de un libro muy especial. Un libro extraño, un libro que, en cada página, en cada frase, en cada ilustración, nos dice mucho más de lo que parece. Al otro lado es uno de esos álbumes que merece la pena leer una vez en la vida, aunque, aviso, para algunos con esa única vez no bastará. 

La obra de Sendak, y este trabajo no es una excepción, suele abordar temas delicados y vitales en la infancia, pero siempre de una forma enigmática, con palabras o dibujos que crean extrañeza y que se mueven dentro de la ensoñación, con parámetros y reglas muchas veces más propias de lo onírico que de lo real. 

Sus textos, en prosa, siempre me han parecido poesía, excelentes para la lectura en voz alta y, sus ilustraciones, fantásticas, perfectas para esas frases llenas de ecos y ambigüedad.

Al otro lado es, por otra parte, una de esas historias que los adultos jamás incluiríamos dentro de las lecturas propias de la infancia, uno de esos libros que muchos padres censurarían por temor a que los niños no entiendan o, mejor dicho, logren entender. Y es que hay temas que no son para los pequeños, hay cosas que los niños no deben saber, hay sentimientos y sensaciones que no deberían conocer. Aunque, eso sí, el miedo es negro y la tristeza, azul. El adulto que pone nombre e incluso color a las emociones, luego se siente incapaz de hablar de ellas de manera abierta o de contar historias que puedan despertar en la infancia alguna inquietud. 


Desgraciadamente, muchas obras -entre ellas los fantásticos cuentos populares- están desapareciendo del imaginario colectivo, sustituidas por historias que tranquilizan a los padres y que "educan" a los hijos, historias insulsas, pero nada problemáticas. Y aunque parezca paradójico, se compran libros para explicar que un familiar está enfermo o ha muerto. Pero la paradoja no es tal, puesto que se busca el libro solo cuando, por decirlo de alguna manera, no hay más remedio, no nos queda otra opción, en lugar de hacerlo simplemente porque el libro es bueno, es literario, es poético, es arte y va a ampliar el mundo experiencial de nuestro hijo.  

Por supuesto que hay momentos y casos particulares, pero nos engañamos si pensamos que apartando al niño de situaciones complejas, los estamos protegiendo y nos equivocamos aún más, si pensamos que estos temas suscitarían en ellos el mismo temor que provocan en nosotros.

Dicho esto, Al otro lado es un álbum maravilloso, que como dice Ellen Duthie habla de "los sentimientos ambivalentes de la hermana mayor hacia su hermana pequeña. Habla de amor, responsabilidad (motivo de miedo y orgullo a partes iguales) y heroísmo. Habla de comprender las lealtades de uno mismo hacia sus hermanos, su familia, en un mundo lleno de confusión. Habla de la terrible sensación de tener una responsabilidad y de fallar o de cometer un error. Pero también de la esperanza de que incluso el peor de los errores puede remediarlo uno mismo. Habla de la responsabilidad, la valentía, la vida y la supervivencia en un mundo incomprensible". Conceptos adultos, sí, pero, para nada absolutamente inaccesibles para un niño.

Por todo, quizá deberíamos reflexionar sobre las lecturas que hacemos a nuestros hijos, elegir siempre obras que aporten literatura, porque eso casi solo está en los libros y en ningún otro lugar, y, de otra parte, si esas lecturas que merecen la pena son complejas, en lugar de censurarlas, acompañarlos siempre en el camino al conocimiento, acercarlos -de la mano- a todo lo que algún día les pueda preocupar, porque, además, no siempre la reacción de los niños será la que esperamos.


Vanessa Rodríguez Pérez

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